Hola, hola! Acá María al aparato.
Hoy quiero contarles un poco sobre mis estrategias para emprender. Cosillas que aprendí a lo largo de los años porque, aunque no siempre se llamaba así, siempre estuve emprendiendo.
1. El miedo tiene mala prensa
Mucha gente te va a decir que te lances sin mirar atrás. Y sí, puede sonar súper tentador ser impulsivx, pero acá va mi hot take: el miedo no es malo.
Contrario a lo que muchos piensan, puede ser un gran aliado si lo escuchás y lo usás a tu favor porque te invita a ser cautelosx (sin frenar tu impulso creativo, obvio). Te ayuda a detectar esas red flags que nunca, nunca hay que ignorar.
El miedo puede ser útil, pero ¡ojo! no dejes que te frene. Sabemos bien que lejos de la zona de confort es donde existe la magia.
Entonces, detectar esa emoción no significa que no hagas. Al contrario, hay que buscar excusas e inventar formas para seguir haciendo. Escucharlo, sí, pero avanzar, junto con esa información.
2. El comodín «my precious»
Para cualquier profesional donde la creatividad, la innovación o el aprendizaje continuo sean importantes, algo fundamental (¡anoten!): es tener un comodín, algo que quede fuera de la ecuación comercial.
¿Por qué?
Porque queda claro que lo que está en juego es lo que hacés, y no quién sos, porque no ponés TODO «en el asador». Y si algo no sale bien, no pasa nada. El “fracaso” también es algo de lo que se puede aprender. Si no te permitís fallar y te quedás siempre en lo seguro, no hacemos nada.
Tener este comodín te da libertad de experimentar, aprender y crecer.
3. Paso a pasito, que el conejo blanco se vaya nomás.
Para quienes me conocen de cerca, saben que soy muy, muy, (demasiado) tauro. Y para mí, caminar antes de correr es clave. Y (más clave aún), invertir en mí misma. Muchas veces, ese invertir en mí fue permitirme estudiar. Yo viviría estudiando ¡Amo fuerte aprender cosas nuevas!.
Un bloqueo creativo me enseñó (un poco a la fuerza) el privilegio de la pausa. No forzar, no insistir si algo no fluye. Hago las pausas, escucho, reflexiono. Eso es invertir en mí también (pero bueno, somos Mona y yo en la familia, podemos darnos ese lujazo).
4. Para cerrar: un consejo práctico
Armá marcas. Marcas independientes que giren alrededor de una idea, permitiéndote experimentar. Es un concepto simple, pero es muy genial. Es tener un escudo protector, un marco que te permite divagar. Y es muy liberador.
Emprender no es un sprint, es una maratón (aunque sea una frase muy trillada, sigue siendo cierta), requiere resistencia. Lo importante es dar los pasos que podés dar, invertir en vos y si podés, guardarte un as en la manga (o dos).
Los pasos que das hoy, aunque parezcan chiquitos o inciertos, construyen el camino a largo plazo. Así que vamos yendo!