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Beta Permanente: La belleza del «error»

Vivir en beta. Mi statement últimamente.

Este es mi primer artículo en este blog que inauguro en este acto, así que es una buena oportunidad para que nos conozcamos. Hola, acá María al aparato.

No pienso aburrirte con mi currículum (podés encontrarlo en LinkedIn si te interesa), pero creo que mis experiencias van a resonar con muchas personas que también navegan entre lo digital y lo analógico.

Nací en Buenos Aires, en el ’83, época de “lo atamos con alambre”, (¿o es idiosincrasia del lugar más que de la época? bueno, no se). Crecer en un ambiente donde la creatividad era LA herramienta para resolver todo hizo que la «imperfección» se hiciera algo de mi cotidiano.

Soy curiosa, siempre lo fui y me encanta desarmarlo todo para entender cómo funcionan las cosas.

Hoy, en plena era cibernética, sigo en esa, viviendo en beta, en un estado constante de prueba y aprendizaje. Y me nutro de esa actitud en mi abordaje profesional en el diseño gráfico y en el diseño web, donde el «error» sigue teniendo un papel vital en mi proceso creativo.

Desde lo analógico hasta lo digital

Trabajando con medios como la serigrafía, el grabado o la impresión offset, los imprevistos son prácticamente inevitables. Un mal registro de color, una distorsión, incluso un pequeño derrame de tinta, son cosas que suceden y muchas veces se descartan (yo suelo amar y atesorar esos ejemplares).

Todos esos detalles que podrían considerarse «fallos», en realidad le dan a esa pieza un toque único, una impronta humana. ¿Alguna vez viste un cartel en la calle con un color desfasado? ¿pero, sigue captando tu atención, porque hay algo ahí que lo hace auténtico?

Este mismo afecto por la imperfección, aplica en el ámbito digital. La tendencia a perseguir la perfección puede ser una super trampa. Puede demorarte y hasta paralizarte, pero en verdad, sortearla, nos permite innovar y descubrir nuevas formas de hacer. Puede enriquecer nuestro trabajo y «obligarnos» a mejorar.

Es una paradoja hermosa: en un mundo obsesionado con la perfección, los errores nos regalan oportunidades de creatividad y aprendizaje.

Brecha digital y miedo al error

Hoy por hoy, aunque la tecnología está al alcance de (casi) todxs, muchas personas no le sacan el máximo provecho. Sin embargo, desean y necesitan estar presentes en el multiverso virtual.

La sociedad ha sido empujada hacia «las pantallas» (otro día discutimos <cuándo> pasó) pero sin la educación adecuada para entender del todo su funcionamiento. Desde mi experiencia, uno de los pilares para avanzar en este entorno es perder el miedo a equivocarse: experimentar y probar (y estudiar, formarse activamente).

El miedo al error es uno de los mayores obstáculos que veo en clientes que quieren transformar digitalmente sus negocios/proyectos. Hay un temor constante de «hacerlo mal», pero la única forma de mejorar es: hacer, medir y ajustar. El verdadero error es quedarse inmóvil, paralizadx.

Hacelo, medilo, mejoralo. Pero hacelo.

Conclusión

Para mí, los errores son algo lindo y valioso (y humano). Los fallos no solo son una parte natural del proceso creativo, sino que también expresan algo nuevo y tienen el potencial de «girar» las ideas hacia resultados que, a veces, resultan ser incluso mejores de lo que habíamos planeado.

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