Se acaba el año, y podría llenarte de frases motivacionales y luces de bengala, peeeero no lo voy a hacer. Para quienes me conocen, ya saben que encarno al Grinch en esta época. Suelo ir contracorriente y la época navideña no va a ser la excepción.
Este es por decreto personal, un espacio para pensar y reflexionar. Entonces, gracias. Por leer, cuestionar, o simplemente estar. A veces estar es suficiente.
Lo que (realmente) nos dejó el año.
Estrés. JAJA no no, o sea, si, pero no voy a escribir de eso. Este 2024 nos dejó aprendizajes (algunos bien duros) y recordatorios incómodos:
- Que a veces, los proyectos creativos se toman su propio tiempo en madurar.
- Que encontrar tu voz es mejor (pero también más laborioso) que cualquier estrategia copiada.
- Y que las cosas hechas a medias, tarde o temprano, se caen.
2025
El próximo año trae la posibilidad de pensar mejor, de planificar con intención y de “soltar” (una palabra desafortunada, lo sé, pero es la que tenía a mano) lo que ya no suma. Por acá, la idea es seguir compartiendo ideas reales, y con mucho corazón.
Mi deseo es que este 2025 sea un año donde hagamos las paces con el «no sé» y con los intentos fallidos. Y algo aún más importante: que sepamos JUGAR. Mi deseo más grande es que el proximo año, sigamos en ese tren de hacer desde lo lúdico.
Claridad para ver lo que importa.
Determinación para dejar ir lo que ya no.
Y una buena dosis de humor para sobrellevar lo que venga.
TanRandom!